¿Qué
estará haciendo en este
preciso momento? Es una de las preguntas que más me atormenta cuando no estamos
juntos. Ver cómo pasan las horas sin tener noticias suyas, mi cabeza da rienda
suelta a la imaginación, imágenes tormentosas y apoteósicas se aglomeran en mi
memoria. Rápidamente me pongo con las cosas de casa, necesito distraerme para
que mi cabeza ocupe su tiempo libre en otros menesteres menos dolorosos.
Sin demasiado éxito,
logro que pasen un par de horas. Cuando por fin recibo un mensaje suyo lo leo
con detenimiento: «Cariño, ya estoy en casa, me doy una ducha y nos vemos» ¿Ya
estoy en casa? Eso significa que ha estado por ahí de fiesta y parrando
mientras yo me quedaba en casa sin salir y pensando todo el día. Ya veo lo que
le importo, ya veo quién es el que está más implicado en esta relación. Sin
pensarlo dos veces le expongo en un breve mensaje con mi opinión: «Espero que te
lo hayas pasado muy bien hoy pero prefiero quedarme en casa descansando». Creo
que, tácitamente, queda grabado mi estado ánimo en esas letras.
Continúo con mis
quehaceres sin desprenderme del teléfono móvil. Unos minutos más tarde mi móvil
empieza a sonar.
-Dime.
-Cariño, ¿qué te ha pasado? Pensaba que habíamos
quedado hoy.
-Sí, ya lo sé, pero llevo todo el día en casa sin
parar y no tengo ganas, además seguro que tú también debes estar cansado de
estar todo el día fuera de casa. -Seguro que así lo entiende mejor.
-Mi
amor, ya te dije que hoy tenía una barbacoa con mis amigos. ¿No te acuerdas?
No, no me acordaba,
pero eso tampoco es motivo para pasar de mí durante todo el día.
-Bueno, yo mañana he quedado con mi familia para comer
y no quiero acostarme tarde.
-¿Te
has enfadado?
Mira que hay que ser
idiota, todavía no se ha dado cuenta de que sí.
-No estoy de humor, eso es todo.
-Pero
es que no entiendo por qué te pones así. Yo tenía mis planes del mismo modo que
tú tienes los tuyos mañana, por eso dijimos de vernos ahora. Llevo todo el día
con ganas de verte.
Vete con esos cuentos a
otra parte.
-Si esperas que me crea eso la llevas clara, ya sé
cómo son tus amigos, a saber que habrás estado haciendo por ahí mientras yo me
pasaba el día pensando en ti.
-Cariño,
no sé qué se supone que es lo que “habré estado haciendo” pero no ha pasado
nada de eso, por favor, déjate de tonterías y vamos a vernos.
¡¿Tonterías?! Ahora
verás tú.
-Y, ¿qué se supone que debo de hacer yo mientras tú
estás de fiesta por ahí con tus “amigotes” y yo todo el día en casa. No sé con
quién habrás tonteado por ahí ni cuantos culos habrás mirado. Por mí, puedes
follarte a quién te dé la gana.
-…
-un silencio de apodera
de la llamada-,
mira yo tampoco sé qué coño has estado haciendo todo el día y no me monto
ninguna película. Me toca las narices que siempre pongas en duda todo lo que te
digo.
Si piensa que va a
tener más razón que yo por decir eso lo tiene claro.
-Siempre antepones tus amigos a mí.
-Tú me dijiste que no querías cambiar tu vida por
estar conmigo, ¿qué se supone que debo hacer? Intentó llevar esta situación lo
mejor que puedo.
-Ya sé que tus amigos quieren que te tires a otras
personas.
-¿Qué coño tiene que ver eso ahora? Mis amigos pueden
decir misa pero yo hago lo que me da la gana.
-Mira,
no tengo ganas de discutir. -Cuelgo
la llamada sin darle opción a responder.
Creo que esta vez he
puesto todos los puntos sobres las íes. Así la próxima vez tendrá más en cuenta
mis sentimientos antes que los suyos.
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